Conozco el temblor que deja mis manos frías, la tendencia a la inmovilidad que lo acompaña.
He sentido tantas veces esa desagradable sensación que ya me resulta familiar y me pregunto ¿Cómo sería yo sin ella?.
Hay una parte de mí que se escapa por allí, la parte que creo que no me merezco. Tiemblo y no sé si es de frío o de miedo.